ESA BENDITA PALABRA
Seguía en la cola, avance unos metros y escuche ¡Tú! , estaba nervioso, me quede miope unos minutos, el sudor resbalaba por mis mejillas, entonces camine al lugar indicado, señalando con su dedo índice.
Llegue al lugar, me senté ansioso, miraba a mi alrededor muchos usuarios que recibían llamadas, veía sus gestos de preocupación, de pavor, de enfado y otros a punto de llorar después de culminar una llamada.
Pasaban los minutos, giraba sobre mi silla, la computadora prendía, pasaban los supervisores agilizando el avance de los demás que recién llegaban.
¡Ya! Me dijeron
Y respondí, dame unos minutos.
Al rato llegó y dijo: ¡ Ya! ¡Estás preparado! Te voy a poner en línea. Hubo un pequeño silencio entonces presionó el botón del teléfono, y me quede congelado.
“Hola buenos días bienvenido a claro…” no me dejó terminar mi speech de bienvenida, era un argentino furioso, diciendo: Es la cuarta vez que llamo y no recibo solución, esta vez grabare tu llamada y si no me das solución, te juro que voy a Indecopi y te voy a denunciar por estafador. ¡Ya! no tengo todo tu tiempo, decía el extranjero.
¡No corte la llamada¡ voy a verificar en el sistema sus deudas y el servicio, le dije mientras me quitaba los audífonos para poder levantarme y pedir ayuda a un supervisor o ayudantes que pasaban por los pasadizos.
No me ayudaban, el señor estaba furioso en línea, impaciente, refunfuñaba, parecía que le entraban los diablos azules, pero pareciera que entraban a mí, porque me dio esas de ganas de tirar todo, desconectar los cables, cortarle la llamada y tirar todo por la ventana. En instantes escuche ¡ya! esa bendita palabra que durante toda esta odisea lo escuchaba, esa palabra que me margino mi día.
Asentí a mencionar, ayúdame con este caso, no puedo concentrarme, mis nervios me ganan, y eso que semanas atrás aprobé el examen de control de calidad que era simulaciones de llamadas.
Me dijo: Simple y sencillo, por lo que veo en tus apuntes, no es nada de otro mundo, dile que se equivocó de línea y que le vas a derivar a servicio técnico.
Realice a pie de la letra sus tips y lo derive a otra línea al argentino furioso.
¡Ya! nuevamente esa bendita palabra.
¡Todos al salón! Y así empezó mi día.
Por Luigui Torres (@LuiguiJorge)